Enara se quedó con sus tíos, encantados de hacernos de "canguros" por unas horas. Se quedó feliz, jugando, mientras yo...bajaba las escaleras de casa con un nudo en el estómago.
Solo fueron dos horas, lo que nos dío tiempo a tomar una hamburguesa, una cervecita y ya. De 21.45 a 23.45. Y con mensajes de por medio "esta bien?", "se ha dormido?" "me mandas una foto?".
Quizás os parece demasiado o puede denotar que no me fiaba de los cuidadores de Enara. Nada de eso. La niña estaba perfecta con sus tíos, el problema lo tenía yo, que no me separaba de ella desde que nació.
Es tan fuerte "el lazo" que me ata a Enara, que me cuesta mucho empezar a soltarlo, a que flojee un poquito.
Y sé que es importante y necesario, tanto para ella como para mí.
Para ella, por que en breve, en septiembre, empezará a la guarderia, donde estará con gente nueva, a la que se tendrá que ir acostumbrando. Y para mí, por que se me parte el alma cada vez que pienso que me tendré que separar de ella para ir a trabajar y debo empezar a dejarle a ratitos con otra gente para ir superando poco a poco esa sensación de angustia que me agobia cuando ella no está conmigo.
La salida nos vino muy bien a los dos, aunque nos sentíamos muy raros, sin carrito, sin Enara. Pudimos pasear abrazados y de la mano "como antaño".Pudimos hablar un ratillo, tranquilos, sin tener que hacerlo en voz baja o con interrupciones. Aunque todas las conversaciones terminaban con su nombre.
Nos sentimos a gusto, pero también fue extraño. Yel motivo es que ya no somos dos, somos tres. Y echábamos de menos a nuestra princesa.
Como te entiendo... a mi igual me angustia mucho separarme de Sofía y sólo me he separado de ella como una hora y cuando volví estaba llorando pobrecita :(
ResponderEliminarCariños!