lunes, 6 de junio de 2011

El parto

No quiero asustar a nadie con historias de partos...yo misma leí un montón sobre el tema (nada bueno) y escuche historias "para no dormir".
Es una vivencia muy particular, dura a todos los niveles, físico, mental... es una catarsis, en esas horas pasan millones de ideas por la mente, sobre todo una se repite y se repite "¿saldrá todo bien?".

En nuestro caso, rompimos aguas la noche del 6 de diciembre y digo rompimos por que estaba con mi marido en el sofá y ambos notamos el gran puñetazo de Enara, que anunciaba que ya estaba lista para salir.
Y de ahi, al hospital, oxitocina para inducir, unas cuantas horas de dilatación, que fueron bien llevadas gracias a la epidural.
Cuando estaba ya completamente dilatada, despues de 10 horas, aún nos quedaría el trabajo de "pujos", un trabajo que recuerdo con mucho cariño, ya que en cada contracción, mi marido me avisaba y yo pujaba y pujaba, con todas mis fuerzas, ya que Enara aun estaba arriba y había que ayudarle a bajar como fuera si nos queriamos librar de un parto instrumental. Y vaya si quería librarme de los forceps y las ventosas!.

Aquello duró otras tres horas. Sobre las 11.45 nos llevaron a la sala de partos propiamente dicha y despúes de dudar si mi marido podía o no estar, si el parto iba a tener "instrumentos" o no, todo se resolvió favorablemente. Fui consciente hasta la ultima contracción que ésta venía, pude ayudar en los pujos, pude sentir como Enara salía y aún me emociono al recordar cuando la vi, con su cordón enroscado en el cuello y en bandolera y que una mano rápida como el viento lo quitaba antes de colocarla en mi pecho desnudo.Eran las 12.10.

Dios mío, que sensación!. Ella ya estaba aqui, llorando a todo pulmón, resbaladiza, caliente, preciosa...
No podía dejar de mirarla, no podía dejar de tocarla y en ese instante me sentí plena, feliz, tranquila, en paz...quería llorar, pero no era capaz...no quería que mis lágrimas me impideran ver a esa criaturita tan perfecta que tenía a mi lado. Miré a mi marido, era la viva imagen de la felicidad y su mirada... su mirada era distinta, nunca antes le había visto mirar así. Hoy, seis meses después sigue teniendo esa mirada, sólo cuando mira a Enara...

Solo puedo decir que pasaría por ello una y mil veces, que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Que es un momento mágico, único y que no hay que tenerle miedo. Hay que afrontarlo con tranquilidad, con tu pareja, por que el proyecto que 9 meses atrás se puso en común, culmina en ese momento. El es el 50 % del mismo, es vital que él esté!.

En mi caso, esa persona no sólo me apoyó, sino que me ayudó, mucho más de lo que el cree. No hubiera podido hacerlo sin él, me dió fuerzas, me dió ánimos, me tranquilizó, hizo que descansara para el momento final, a costa de no pegar ojo él. Fue, en este equipo, mucho más que el 50 %.

Y tuvo su gran merecido... Enara era igualita a él cuando nació.. idéntica. A mi suegra casi le da un "pampurrio cuando lo vió". Pero esa ya es otra historia...


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